ANCLADA a orillas de la ría, como si fuese un barco de recreo varado en los arenales del Nervión, abre sus puertas una nueva terraza, en plena travesía de Abandoibarra. El local recuerda a una de aquellos buques del Misisipi que cubrían la ruta entre Nueva Orleans y San Luis con dos ruedas de palas a los costados y el motor de vapor. Era la época de la ley seca, se dedicaban al contrabando de licores y las timbas de póquer. No lo digo porque las botellas se trasieguen bajo cuerda o porque en su interior se organicen partidas clandestinas (nada de eso es posible, con tanto cristal a la vista y la hermosa terraza que se despliega ante la estancia...), sino por el carácter lúdico de la oferta que sitúa, a ver si lo decimos bien, frente al hotel Meliá y Zubiarte, en pleno paseo de las estatuas.
El local, con sus tres atmósferas bien delimitadas - el bar, sin ir más lejos, es hexagonal y la heladería recuerda al mascarón de proa...-, tiene por nombre Frentealagua, un distintivo que le casa bien y que ha sido consensuado por Fernando Navarro, Álvaro López y Javier Castro, tres hombres de larga experiencia en la hostelería. Juan Carlos Castro y David Torres también han trabajado duro en la sala de máquinas para que esta botadura se haga realidad.
¿Es Bilbao una ciudad de terrazas...? Ésa es la primera pregunta que asalta al paseante porque los aires de la ría refrescan el velador. Sin duda. Una cristalera resguarda del viento si uno opta por la oferta al aire libre, que la hay. Dan fe de lo que les cuento el alcalde Iñaki Azkuna, la actriz Maribel Salas, quien vino acompañada por Juan Pastor, el director de la Fundación Athletic, Jon Zapirain, K-Toño Frade, Pedro Ruiz Aldasoro, Alberto Letona, Ana Trueba, Eugenio Behal, Tomás Sánchez, amo y señor de la Casa Vasca; Ana de Arriba, Tomás del Hierro; la presentadora de televisión Patricia Gaztañaga, Lucía San Mamés, quien gasta uno de los apellidos más bilbainos que puedan lucirse; José Mari Amantes, quien llegó acompañado por Joseba Rosales; Arturo Trueba y la insustituible Nekane Ramírez; José Manuel Mollinedo, Fernando Barruti y Eugenio de Juana, embajadores de Banesto en el pasaje de invitados que disfrutaron de la velada, Aurora Sáez, Mari Carmen Sánchez y un buen número de invitados que disfrutaron de la música en directo de la puesta de largo y de una gastronomía que esconde sabrosos secretos.
El barco (lo hemos bautizado ya así, con perdón de los regentes...) encandiló a quienes apuestan por un Bilbao de puertas abiertas. Lo vivieron de cerca José Luis Candal; el director del Área de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao, Gonzalo Olabarria, Miguel Juaristi, Begoña Intxaurraga, Julia Diéguez, Aitor Zarate, Marino Montero, Unai Aizpuru, Elena Marsal, Julio Carrascal, Juan Carlos Rodríguez, Naiara Alonso, José María Redondo, Jabi Calle, Joseba Mendibelzua y un buen número de invitados que desfilaron junto a la terraza del muelle ubicado frente al bilbaino barrio de Deusto. Entre quienes vivieron de cerca la inauguración comenzó a correr la certeza, una liebre que se las pela, de que Bilbao ha de comenzar a mirar a la ría con más intensidad. Negocios como éste, que rescatan metros cuadrados al olvido -la ciudad ha dado la espalda al agua durante décadas...- son un claro síntoma de que un nuevo Bilbao renace, apoyado en gente con aliento emprendedor
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