El Ercilla o un Ferrari vacio….
Ayer me hacer que hasta el hotel Ercilla para en la tranquilidad de la sobremesa, disfrutar de un café… y así lo hice. Eran las tres y media y de lo tranquilo que estaba el sitio, solo estábamos el camarero y yo. Eché de menos, antaño cuando acudías a los cafés y si la cosa nos estaba animada, cualquier excusa era buena, para que el camarero entablara conversación con el cliente.
Ayer no fue así, una vez servido, el camarero se “escondió” en sus labores y lo desértico del fabuloso salón que compone la estupenda cafetería del Ercilla, parecía triste y lo triste muchas veces parece pobre y me recordó esos veranos que trabaje en Laredo cuando poco a poco se iba deshabitando y cerrando persianas y puertas. Es una imagen muy triste, cuando en la retina te viene los recuerdos de la algarabía y la fiesta. Eso me paso en la cafetería del Ercilla.
Me tome un café, me cobraron tres cincuenta y me sentí como un rico que va en su Ferrari pero va solo y sin que nadie le acompañe.
El café estaba rico, bien servido, en buena vajilla y con esmero, pero…viajaba solo en un Ferrari, y encima por una carretera donde tampoco había gente.
¿será la crisis? ¿Pero cuál de todas? ¿La económica, la intelectual…? Muy bueno el café, y muy bueno el sitio, no duele pagar lo que te cobran…
www.jabiercalle.com
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